Cuando pensamos en creatividad en cuanto al mundo empresarial, lo primero que solemos pensar es en la creatividad publicitaria. Pensamos en grandes campañas, anuncios, comerciales y distintas estrategias de marketing y publicidad que utilizan las empresas día a día para elevar sus ventas, fidelizar a sus clientes y lograr sus diversos objetivos mediante el impacto de estas acciones.
Sin embargo, pocas veces pensamos que la creatividad es un tema que no solo le concierne a los creativos de una agencia de publicidad, pues la creatividad en realidad nos concierne a todos y de hecho nos viene siendo útil desde que tenemos uso de razón.
Cuando somos bebés, nuestra intuición genética nos hace llorar para llamar la atención y conseguir lo que queremos, pero con el paso de los años, esta conducta se vuelve un recurso estratégico del cual somos muy conscientes; comenzamos a manipular a nuestros padres y a todas las personas que forman parte de nuestro entorno y nos puedan ser útiles, solo que de grandes nos cuesta un poco aceptar que podamos haber tenido esa clase de comportamientos.
Luego, en la etapa escolar comenzamos a desarrollar nuestra creatividad en todos esos exámenes para los que no estudiamos, donde inventamos nuevas fórmulas, nuevos métodos. Inventamos las características del personaje principal del libro que nos mandaron a leer ese bimestre, y hasta a veces inventamos el título del libro, autor, personajes y trama, aunque creo que esto último es más que nada un poco de catarsis.
Más adelante, ya en plena carrera, usamos nuestra creatividad para vendernos de la mejor manera a las empresas donde queremos comenzar a practicar, y son estas empresas de nuestros primeros trabajos donde comenzamos a hacer que nuestra creatividad se vuelva una parte trascendental de nuestros días, sea el trabajo que tengamos.
Más allá del uso de la teoría aprendida, un abogado tiene que usar su creatividad para imaginarse mil y un escenarios posibles para luego elaborar un contrato que te pueda proteger de la mejor manera posible.
Un arquitecto deja volar su imaginación para aterrizar su teoría en un diseño novedoso que además de ser estéticamente agradable, busca soluciones creativas y tangibles para darte comodidades y brindarte soluciones.
Un médico usa su creatividad para inventarse ejemplos a través de figuras literarias como la metáfora o la comparación, que expliquen lo que sucede dentro de nuestro cuerpo de una manera entendible para un paciente regular que no tiene recursos teóricos para entender una explicación tan apegada al manual.
Hasta el mismo Albert Einstein que es considerado uno de los científicos más importantes de la historia, emanaba una tonelada de creatividad, pues para llegar a la teoría de la relatividad, de seguro tuvo que hacer un viaje de ideas primero antes de comenzar a hacer matemática para corroborar su idea y darle forma.
Y así, todas las profesiones implican una cuota de creatividad que genera profesionales más eficientes, menos en la política, donde la creatividad se suele usar para encubrir atrocidades, aunque tiene un efecto increíble cuando se usa para fines positivos, pues la política se enfoca en mejorar el funcionamiento de un lugar en todas sus aristas, por lo que es necesario en política personas creativas que puedan proponer extraordinarias soluciones para mejorar cosas como el tráfico, la educación y hasta para eliminar la delincuencia. Mis aplausos para quienes se desarrollan en la política de manera creativa con un fin positivo, pues no hay un mejor uso de la creatividad que para generar mejoras sociales.
De esta manera se puede ver que la creatividad es un recurso que todos usamos de manera diaria, solo que la adaptamos a nuestras distintas necesidades, por lo que no solo los creativos publicitarios somos los únicos creativos del mundo. En todo caso se podría decir que para los creativos publicistas, la creatividad es el eje, y para otras profesiones la creatividad es solo un recurso extra, pero si aplicamos la ley de Pareto, todo lo que está dentro de ese 20% termina siendo trascendental para nuestros resultados.
Finalmente, recordemos que todos llevemos esta creatividad en la sangre, y solo depende de nosotros el desarrollarla más, enfocarla y pulirla.
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