Es una suerte de ley no escrita. En Navidad toca llenar la panza con turrón y polvorones y también sentarse frente al televisor con pañuelos de papel a mano, para secarse las copiosas lágrimas provocadas por la emotiva publicidad navideña.
Aun así, los anuncios nacidos al calor de la Navidad (los que se emiten en la televisión al menos) no solo zambullen al espectador en un auténtico torbellino emocional, también hacen sacar músculo a las marcas que hay parapetadas detrás. Así se desprende al menos de un reciente estudio llevado a cabo en Alemania por Unruly.
En su informe Unruly puso 42 spots navideños bajo la lupa y comparó a continuación los resultados con los emanados de campañas ajenas a la Navidad.
De acuerdo con el estudio, la publicidad navideña se las ingenia para desencadenar en el espectador reacciones emocionales bastante más intensas que otros anuncios (sin que ello resulte en modo alguno sorprendente en realidad). Sin embargo, el impacto (de naturaleza balsámica) que las campañas navideñas tienen en las marcas no merece tampoco ser pasado por alto.
En términos generales la publicidad de Navidad hace llorar con más frecuencia al espectador que otras campañas. El consumidor se siente embargado por la tristeza 3,5 veces más a menudo con los anuncios navideños que con otros spots.
De la publicidad navideña brota un mar de lágrimas y también de ventas
La publicidad navideña cosquillea además la añoranza del espectador por tiempos pretéritos. Enfrentado a anuncios de Navidad el espectador se siente dos veces más nostálgico que cuando tiene frente a sí campañas ajenas a la temporada navideña.
Aun así, la publicidad de Navidad inocula en el espectador no solo sentimientos de tristeza y nostalgia sino también de alegría. No en vano, la alegría brotada de este tipo de publicidad supera en un 48% a la de otros anuncios.
Y no sólo eso. La publicidad navideña genera también en el espectador sentimientos de calidez 2,5 veces más intensos que otros anuncios.
Las campañas navideñas provocan, no obstante, mucho más que terremotos emocionales en el espectador. Tienen también un efecto muy positivo en métricas emparentadas directamente con las marcas.
Según se desprende del informe de Unruly, la preferencia de marca del consumidor es un 10% más elevada tras ser confrontado con campañas navideñas que con otro tipo de publicidad. Y el interés del consumidor por comprar los productos anunciados pega asimismo un brinco del 24% en la publicidad de Navidad.
En esta misma línea el interés del consumidor por conocer más sobre los productos promocionados en los anuncios es un 8% más alto en las campañas navideñas.
Fuente: Marketing Directo
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